Hoy mis hijos pidieron “bizcocho” para comer. Es el nombre con que bautizó mi hijo a la milanesa de pollo. Ya sabes que a veces los niños nombran algunas comidas u objetos de una forma especial para ellos.
No me di cuenta que había poco pan molido; así que tuve que improvisar.
Hice harina de avena y con ella “empanicé” las milanesas que faltaban.
Quedaron muy ricas. Me gustó mucho el sabor y me parece una buena alternativa para dejar de comprar el pan molido comercial que es uno de los productos que sigo comprando en el súper y para el cual no había encontrado un sustituto que me gustara.
Eso sí, mis hijos no las probaron. Comieron las suyas que sí llevaban pan. Tal vez en otra ocasión se animen a probar.
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